Cada dolor, cada prueba, cada calamidad que nos sobreviene, por la gracia de Dios, se llama metafóricamente una “cruz” (Mateo 16:24; Marcos 8:34; Lucas 9:23). La paciencia cristiana, por tanto, la hace quien levanta esta cruz sin vacilar. El que no lo exalta no es un verdadero discípulo de Cristo, como él mismo dijo (Mt 10,38; Lc 14,27), y no tiene lugar en su reino. El apóstol Pablo, después de todo, lo confirma: “Si perseveramos, también reinaremos con Él” (2 Tim. 2:12). Asimismo Santiago: “¡Bienaventurado el hombre que acepta las pruebas con paciencia! Porque si los supera con éxito, ganará el premio de la vida eterna que Dios prometió a los que le aman” (Santiago 1:12).

¿Cuántos niveles de paciencia hay?
Respuesta: Hay tres grados de paciencia, según los padres de la Iglesia: primero, soportar las pruebas ileso; segundo, buscar las pruebas por amor a Dios; y tercero, alegrarse en las pruebas por amor a Dios. El cristiano no debe detenerse en el primer nivel, sino subir del primero al segundo y del segundo al tercero.
El primer nivel de paciencia lo vemos en la actitud de Job ante sus sucesivas calamidades (1,14-22); el segundo, en el deseo de martirio que tenían muchos santos mártires; y el tercero, en el gozo de los santos apóstoles, cuando fueron abusados por la gracia de Cristo (Hechos 5:41).
Un ejemplo típico y brillante de esta suprema paciencia es el apóstol Pablo. “Nos gloriamos en las pruebas”, escribió, “porque sabemos bien que las pruebas llevan a la paciencia, la paciencia a la virtud probada y perfecta, y la virtud probada a la esperanza (en Dios)” (Romanos 5:3-4). Sólo se jactaba de sus sufrimientos (2 Cor. 11:30), sus peligros, prisiones, flagelaciones, flagelaciones, apedreamientos, calumnias, persecuciones, hambre, sed, trabajos agotadores por el Evangelio de Cristo (2 Cor. 11:23-28). ), por la que estuvo dispuesto a sacrificar incluso su vida, como escribe a los cristianos de Filipos: “Y si todavía ofrezco mi vida como libación en el sacrificio y en la liturgia que realizo por causa de vuestra fe, Me regocijo en ello y comparto mi alegría con todos vosotros.

¿Cuánto tiempo debo ser paciente?
Respuesta: Seremos pacientes hasta que dejemos este mundo. Por la paciencia el hombre adquiere y conserva todos los bienes. Con ella progresa en su vida y logra sus objetivos, sin sufrir ningún daño. Perdiendo la paciencia, corre el riesgo de perder todo su bien, de ser dañado por el mal o, peor aún, de hacer el mal, de pecar.
Sin paciencia no logramos nada. Y sin lucha no adquirimos virtudes ni dones espirituales, ni, por supuesto, ganamos la salvación. Porque “el reino de los cielos se gana luchando, y los que luchan lo arrebatan” (Mateo 11:12).
Del libro: Elder Efstratiou (Golovanski), Respuestas a las preguntas de los cristianos. Santo Monasterio de Parakletos, 2012. Preguntas 117, 136, 3.